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18 de enero de 2009

Encuentro de Carrillo con socialistas catalanes


El pasado 15 de enero tuvimos la ocasión de asistir a una conferencia de Santiago Carrillo, que invitado por la Federació del Vallès Occidental Sud del PSC y la agrupación del PSC de Sabadell, presentó su último libro, "La crispación en España. De la Guerra Civil a nuestros días". Realizó, además, un inteligente análisis de la derecha española y de la Iglesia católica desde los años treinta hasta nuestros días, valoró las causas de la actual crisis económica y animó a la izquierda y a la sociedad progresista a tomar la iniciativa para modificar el rumbo del mundo.

Se podrá estar más o menos de acuerdo con las ideas de Santiago Carrillo, compartir en mayor o menor medida sus palabras, pero lo que no admite discusión es la lucidez, la claridad de ideas y el talento para transmitirlas al auditorio, de una persona a punto de cumplir 94 años. Pero además de la admiración que suscita quien ha logrado superar nueve décadas con las facultades mentales intactas, resulta un privilegio escuchar en directo a un superviviente de ese periodo de nuestra historia que la derecha española y sus medios de comunicación afines, se empeñan en obligarnos a relegar al último rincón de la memoria. Santiago Carrillo es el ejemplo viviente de que esos episodios trágicos, las persecuciones, las encarcelaciones, los fusilamientos, el exilio, los muertos en las cunetas... son tragedias vividas por los españoles que no sucedieron allá por el pleistoceno. Pero además, para nosotros, como socialistas, resultó emocionante poder abrazar con quien compartió momentos de su vida con figuras de nuestro partido como Prieto, Negrín, De los Ríos, Besteiro...

La intervención de Santiago Carrillo comenzó destacando el detalle de que los socialistas se convirtieran en protagonista de un evento, a pesar de que su conocida y acreditada ideología comunista, circunstancia que aprovechó para abogar por la unidad de la izquierda contra esa derecha "infumable" que tan poco ha evolucionado a lo largo del último siglo. Con un acertado análisis comparativo entre la derecha española y la derecha Europea, Carrillo destacó como en Europa coexisten separadamente una derecha conservadora, pero civilizada y democrática, con la ultra derecha que actúa fuera del juego democrático, mientras en España ambos grupos conviven armoniosamente bajo unas mismas siglas.

Según la reflexión del líder comunista, en nuestro país, parte de la derecha, que durante la transición colaboró para "lavar sus culpas por la dictadura", no se ha identificado con el sistema democrático y "se resiste a romper los lazos que mantiene con el franquismo", razonamiento avalado por ciertos tics autoritarios de la derecha española, como la incapacidad de sus líderes para aceptar que la izquierda pueda gobernar, derecho que, están convencidos, "les corresponde por mandato divino". Carrillo ironizó con las máximas aspiraciones de la derecha que "sólo sueña con alcanzar el poder" y su obsesión por encontrar "la manera de echar a Zapatero del Gobierno", a quien responsabilizan de "todo lo sucedido en el mundo, incluso desde antes de haber nacido".

En su último libro, Carrillo desmonta el tópico, tan recurrente para quienes justifican el levantamiento militar de 1936, de que la guerra civil española fue inevitable. Según la visión de quien vivió el conflicto en primera persona, aún habiéndose producido la sublevación militar de los generales golpistas, la República no hubiera tenido excesivas dificultades para sofocar la rebelión si los fascismo europeos no hubieran encontrado en la guerra de España la ocasión propicia para extender su ideario fascista por el territorio europeo. También las democracias europeas, que con su Comité de no Intervención abandonaron a su suerte al legítimo gobierno de la República, tuvieron su cuota de responsabilidad en el drama al que se vieron abocados los españoles. Carrillo, no pasó por alto la paradoja que supone el el ejército denominado a sí mismo nacional, nutriera sus filas de tropas procedentes de Marruecos, Italia o Alemania. Quienes se erigieron a sí mismos en salvadores de la patria y únicos representantes de la españolidad, no mostraron reparos en recurrir a tropas extranjeras para que experimentar sobre la población civil española las armas diseñadas para combatir en un previsible conflicto mundial. Para liberar a España de las garras del comunismo, los generales sublevados consintieron, cuando no alentaron, que las tropas moras ultrajaran y violaran a mujeres españolas o que los aviones enviados por Hitler y los barcos de Mussolini ametrallaran y bombardearan a mujeres, niños y ancianos indefensos..., todos inocentes, y todos españoles.

El protagonismo político y socia de la Iglesia, en el pasado y en la actualidad, también estuvo presente en el discurso de Santiago Carrillo. Tras destacar el decisivo papel desempeñado por el cardenal Tarancón (denostado por los sectores más reaccionarios de la Iglesia) durante la Transición en favor de la reconciliación y el régimen democrático, reprochó a las autoridades eclesiásticas de nuestro país estar aferradas al pasado. Para Carrillo, los actuales Rouco Varela o Cañizares sería perfectamente "intercambiables", por los cardenales Gomá o Plá y Deniel que con tanto entusiasmo abrazaron la Cruzada Nacional de Franco. Contra esta Iglesia que no se resigna a la pérdida de privilegios y de poder, son perfectamente compatibles las creencias religiosas con la militancia de izquierdas, "la religión nunca debe ser motivo de separación".

Con respecto a la crisis económica en la que nos encontramos inmersos, Carrillo no vació en culpabilizar al poder financiero que, "por encima de todos los demás poderes, maneja la economía el planeta", sistema que, puntualizó, siempre ha sido "apoyado por la derecha". Tampoco se olvidó de enviar un toque de atención para la izquierda, a la que recriminó su vacilación y su tibieza, y animó a las fuerzas progresistas a impulsar un sistema económico donde las finanzas permanezcan "en manos del Estado en interés del desarrollo económico mundial". Tras el estrepitoso fracaso del sistema económico neoliberal, corresponde a las fuerzas políticas de la izquierda iniciar el camino hacia un sistema socialdemócrata como alternativa al capitalismo salvaje que nos ha sumido en la peor crisis de nuestra historia.

No queremos olvidarnos de agradecer al primer Secretario del PSC de la Federació del Vallès Occidental Sud, el compañero Paco Bustos, su amabilidad y colaboración para facilitarnos el acceso a Santiago Carrillo.

A propósito, si alguno de vosotros siente nostalgia de los tiempos en que oponerse al pensamiento único impuesto desde el Estado significaba ser tachado de "rojo de mierda", sólo tiene que acudir a cualquier acto que cuente con la presencia de Santiago Carrillo. Cualquier charla, presentación o conferencia del líder comunista que se precie, contará con la interrupción de esos cachorros del odio y la intolerancia, que con su desatada violencia y sus gritos fascistas buscan la provocación y socavar la convivencia pacífica. A ellos también les damos las gracias porque su existencia nos hace valor cada día más la libertad y la democracia.

Publicado por: Belén Meneses y José Segura

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